Pilas fue esperpéntico. Los 3 redondeleros salimos mal parados del torneo puesto que jugamos a un nivel muy inferior al habitual. Pedro acabó con 2 puntos de 7 y solo pudo imponerse a Miguel Ángel Gómez (1244). Manuel, por su parte, fue el único del Dream Team (en este caso Nightmare Team) que se salvó. Aunque terminó con 1.5 de 7, ganó a Carlos Moreno (1143) y entabló con Alejandro Rodríguez (1213), lo que lo acerca a la obtención de elo fada. Yo hice probablemente el peor torneo de mi vida. No jugué absolutamente a nada, como se demostró en las múltiples palizas que me dieron. Fue una vergüenza en toda regla. Un 4 de 7 para olvidar.
Espartinas fue el oasis en el desierto. Tras la mañana, la tarde no vaticinaba nada bueno, pero todos elevamos nuestro nivel y conseguimos rendir en el segundo torneo: Manuel fue el primero en sorprender ya que ganó en 1ª ronda a Daniel Diáñez (1409). Finalmente, ganó las 3 últimas partidas y consiguió acabar la competición con 4 puntos de 7 posibles, Pedro también mejoró por la tarde: hizo 4.5 de 7 solamente perdiendo una partida ante un rival superior. Las demás (victorias y tablas) mantuvieron a nuestro canterano en las veinte primeras mesas durante prácticamente todo el torneo. Yo salía de número 3 del ránking, por lo que mi objetivo fundamental era el de alzarme con el torneo. De hecho, tras un juego correcto en las 6 primeras partidas, me jugué el campeonato en la última ronda en la mesa 1 contra Mario Gutiérrez, ambos con 6 puntos. Tras plantear una defensa férrea, no quise entrar en una línea que parecía igualar y poco a poco Mario impuso su mayor actividad de piezas. Tras perder, quedé subcampeón del torneo con 6 puntos de 7 posibles. Además de esto, Pedro y yo conseguimos el tercer puesto en la clasificación de parejas de familiares, con lo que hubo un triunfo completo. Pedro y yo conseguimos trofeo y Manuel se lleva un buen bloque de elo y una bonita experiencia.
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