El gran laureado de la mañana fue el pequeño gran Kevin, quien acabó la competición con 3 puntos de 7 posibles, lo que le sirvió para alzarse con el primer puesto sub8 y ganar un trofeo, una caja de fresas y un diploma.
Al igual que Kevin, otros jugadores consiguieron 3 puntos, como fue el caso de Francisco, Pedro, Nacho y Manuel. Aunque cabe destacar la actuación de Manuel, que tras vencer la primera ronda por incomparecencia, se deshizo en la segunda del fuerte jugador de La Palma José Manuel Ramírez (1896).
La posición final de Samuel no se correspondió con su juego desplegado sobre el tablero ya que tuvo varias partidas ganadas que no supo rematar por la presión del tiempo y acabó realizando un torneo que podríamos catalogar como "malo". Yo mismo fui el beneficiado de los apuros de tiempo en una partida en la que Samu merecía mínimo tablas por su buen hacer. 3.5 de 7 que habrá que mejorar próximamente.
Carmelo y Antonio cumplieron ganando a rivales con menos elo y perdiendo con superiores. 4 puntos al final de la prueba con los que se situaron en la zona media-alta de la tabla.
Jacinto hizo 6 puntos y fue otro de los jugadores que me hizo tener que emplearme a fondo. Juntos protagonizamos una bonita y didáctica partida con varios sacrificios dignos de ser comentados en una clase de ajedrez.
Yo tuve un torneo de altos y bajos. Llegué tarde a la primera partida, estuve a punto de ceder medio punto (o el punto entero) contra Samu, jugué demasiado alegremente contra Jacinto, disputé una bonita francesa contra Antonio y perdí como un principiante ante el campeón del torneo dejándome un peón en la apertura. Al final, tercer clasificado del torneo, pero como diría mi amigo Antonio Ramón Hernández: "El ajedrez es injusto". Quizá otras veces haya sido injusto para mí.
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