En lo referente al torneo, Adolfo se salió literalemente ya que terminó la competición en el 15º puesto de la general, con 4.5 puntos sobre 7 y obteniendo el premio al mejor clasificado sub1600. Esta distinción fue conseguida por nuestro alumno gracias al memorable torneo que realizó ganándole a jugadores de la talla de Javier Manrique (1720), el correoso Antonio Muñoz (1832) y Antonio Marchena (1847). También supo mostrar su juego sobrio en las tablas contra Antonio Manrique (2051). Así pues, una performance de 1948 hacen augurar un futuro más que notable para nuestro canterano estrella.A Carmelo hay que hacerle un templo. Admiro las ganas que pone este hombre para salir a las 7:30 de su casa rumbo a Sevilla para jugar al ajedrez. Chapó por Carmelo que finiquitó la competición con 3 puntos ganándole a un jugador de 1531 ELO FADA. Seguro que en futuros torneos seguirá los consejos de este humilde monitor e intentará convertirse en un jugador regular poco a poco.
De nuevo sin pena ni gloria. Un torneo en el que gané a los rivales de menos ELO y perdí con rivales superiores. Así pues, 10º en la general y con la buena experiencia vivida de conocer un nuevo pueblo y ser obsequiado con un polo del CDA Brenes en señal de hermanamiento.
Hoy me gustaría dar las gracias a Nono por su altruismo a la hora de organizar los torneos. Si sigues con esta ilusión, nada puede salir mal.
Templo o monumento de glorieta no se, pero la culpa es tuya que no se como los haces pero consigues apuntarme a todos los torneos. Menos mal que la compañía es buena y con tu nueva "victima" Adolfo, la verdad que se hechó un rato agradable y además intentamos jugar al ajedrez.
ResponderEliminarY chapó para Adolfo, estuvo intratable. La gente solo preguntaba quien era ese De La Rosa que con 1425 puntos ELO había quedado el 15. Simplemente genial.
Por cierto, cuando la próxima???
En cuanto tenga fecha te la digo y echamos otro viaje loco de los nuestros. Y aquí me agarro al poeta gaditano Juan Carlos Aragón, que decía esto:
ResponderEliminarMe han dicho que la locura
es una enfermedad
tan típica de Cádiz
que los gaditanos
que no la padecen
nunca van al cielo.