Hoy, ya 24 de Junio, huele a fin de curso, playa y vacaciones. Tras estar ultimando los detalles del I Torneo Pan Pollo de Fin de Curso que se celebrará el día 12 de Julio, buscando patrocinadores para el II Open Villa de La Redondela y pensando en cómo escribir la crónica de Almonte, me he parado a mirar las fotos de mi móvil. Y qué he visto os preguntaréis. Pues he visto niños con polos verdes del CDA La Redondela.
Porque somos una marea verde que crece poco a poco. He visto fotos de Pedro, Julio, Celia, Eloísa, David, José Carlos, Gonzalo, Adolfo, Carmelo y Enrique en torneos portando orgullosos sus colores; además de Guillermo, Luis, María, Justo, Kevin y Raul que ya exhibirán sus polos en los próximos eventos.
Empezamos no hace mucho, en Noviembre. Con una ilusión tremenda hemos organizado nuestro I Open en La Redondela y contamos con una notable cantera de 30 alumnos en nuestro primer año. Pero son demasiadas cosas las que podría comentar en estas líneas:
Hemos pagado la novatada en cuanto a clases y método de pago ya que nos hubiera gustado separar a los alumnos por nivel pero nos ha sido imposible, entre otras cosas por mi inflexibilidad en los horarios. Aunque ilusión no me falta, estoy seguro de que sin los padres no hubiera sido posible. Porque los padres se han entregado a este club totalmente dando viajes a Manzanilla, Almonte, Huelva, El Rompido, Ayamonte, San José de la Rinconada y próximamente a Rociana. Y es de agradecer que, con la poca y mala publicidad que tiene el ajedrez, los padres se hayan comprometido tanto con nosotros. Os puedo asegurar que vuestro esfuerzo por compatibilizar las actividades de vuestros hijos y hacerle un "huequecito" al ajedrez es primordial para que esto funcione.
La directiva del club es fantástica. Cada uno a su manera aporta su indispensable grano de arena. La serenidad de Nacho hace que nuestras idílicas ideas tomen una forma racional y puedan llevarse a cabo. Carmelo ha llegado como un torbellino al club consiguiendo dinero para comprar material (que bien nos hacía falta) y metiéndose a fondo con esto del ajedrez. Además, se está dejando "mal aconsejar" por mí. ¿Qué más se puede pedir?. David es todo altruismo ya que sin conocer nada de este mundillo se embarca en todas nuestras peticiones con ganas y una sonrisa. Y no me quiero olvidar de nuestro alcalde Salva, quien nos ha apoyado desde el primer día con este proyecto.
Puestos a contar, contaré que nunca me hizo gracia la idea de lidiar con niños hasta que empecé con este proyecto. Puedo decir de corazón que pocas cosas llenan más que ver crecer y aprender a los niños que pasan por mis manos. Cada niño es un mundo, pero todos agradecidos. Uno no puede tratar de que todos sean jugadores de competición, sino que me amoldo a lo que me piden ellos. Y también se aprende mucho, muchísimo de ellos. Así que doy mil gracias a todos esos niños que van cada viernes, porque eso significa que quieren estar allí porque están a gusto.
Poco a poco nos hemos ido expandiendo gracias a La Antilla e Isla Cristina. Tanto es así que tenemos un proyecto de "Familiarización con el ajedrez", que será introducido como actividad extraescolar en el colegio de Las Gaviotas de La Antilla el curso venidero.
Y es que el ajedrez es algo más que un juego, un apoyo para las matemáticas o un aburrimiento. El ajedrez es un mundo lleno de posibilidades donde conocer personas con las que compartir buenos momentos, también el ajedrez es un pasatiempos perfecto y una manera de desconectar de la realidad. Además de contribuir al desarrollo de la concentración, de la visión espacial y prevenir la enfermedad de Alzheimer.
Para añadir calidad a las clases, me he comprometido también a realizar un temario dividido por niveles con una decena de unidades cada uno. Teoría que por supuesto será alternada con partidas. Pero eso ya lo veremos en el curso 2014-15.
Por último, me gustaría decir que mientras que pueda, seguiré dándolo todo por este club, porque cuando haces un "trabajo" que te gusta y te llena, ya no es un trabajo y que estoy barajando la posibilidad de escribir unas memorias de cada año para recoger todas nuestras actividades.
Poco a poco todo se andará.
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